jueves, 3 de septiembre de 2015

III Reconocimiento Empresarial 1523

 La Asociación "1523" ya hemos cumplido seis años y casi desde el comienzo queríamos crear unos premios propios.

Tras los primeros años de consolidación, de mil y un proyectos, por fin cuajó la idea de hacer un reconocimiento Empresarial a las empresas en activo más antiguas del municipio, con el fin de dar a conocer su esfuerzo, sus innovaciones, su trayectoria, cómo década a década han ido transformando sus negocios adaptándose a sus clientes, a las nuevos tiempos...
Y así hemos ido haciendo el reconocimiento a empresas centenarias como Julián de Castro y Restaurante Trinidad.

En esta, nuestra tercera edición, queremos hacer un reconocimiento al esfuerzo y tesón de varias generaciones de mujeres luchadoras, fuertes, trabajadoras...

Llevan más de cuatro generaciones al frente de un negocio que ha ido creciendo y evolucionando con ellas y gracias a ellas.

"El Estanco de Elisa" 

El negocio comienza hace tanto, que ya no recuerdan, si nos cuenta Candelas que Leandra su bisabuela se queda viuda y ya regentaba una taberna dónde vendían vino a granel y tabaco de picadura (por supuesto), se volvió a casar y tuvo dos hijos más, entre ellos a la "tía Candelas" .

En aquella época el vino iban a buscarlo por la carretera de Valencia en un carro tirado por burros y lo traían en barricas. Luego lo vendían por litros , rellenando las botellas o por chatos . Recuerdan que se lavaban los vasos en un "lebrillo".

Se vende el tabaco, los papelillos, sellos, en fin todo lo que se necesitaba, pero también era su casa, por lo que criaban a los niños, se cocinaba....

El negocio está situado en La Plaza de la Maja, punto neurálgico de Galapagar, ya que se encuentra la parada del autobús. 

Candelas se ocupa del negocio, se casa y cuando ya tiene dos niños y una niña queda viuda en plena Guerra Civil.  Con la ayuda de su madre no solo saca adelante su familia sino que defiende el negocio, sus hijos varones se hacen cargo de la carnicería de Torrelodones junto con su tío, mientras ella empieza la ganadería que luego continuaría su hijo, Vitorino.

Y pese a las dificultades van sacando adelante un negocio  que poco a poco se va centrando en la venta de tabacos.

Recuerda Candelas  que su abuela iba a El Escorial a por el tabaco con una saca ¡En autobús! y que siempre les traía una chocolatina y era todo un acontecimiento y que cuando tenía que traer mucha cantidad volvía en taxi.

El estanco que ahora conocemos esta justo enfrente de donde estaba antes la casa de comidas, al lado de una pescadería y una lechería.

En una gran nevada el techo del la casa de comidas se hunde y se trasladan justo dónde lo conocemos ahora,que era la casa familiar además, pero ya solo se dedican al estanco.

La tía Candelas estuvo a cargo del negocio hasta muy mayor ocupándose de su familia y del negocio, de forma que como era habitual antes mientras atendían el negocio se hacía la comida en la trastienda. Cuando hablas con la gente los recuerdos son muy curiosos, te dicen que recuerdan ir al estanco y oler los guisos.


Cada reconocimiento empresarial lleva consigo una investigación sobre la trayectoria de una empresa, pero sobre todo nos hace conocer a las personas que han hecho posible que ese negocio siga adelante generación tras generación.

Cada persona, cada negocio va dejando en el municipio su impronta, va forjando generaciones, van creando una historia...

Cuando hacemos este tipo de reconocimientos lo más gratificante es ver como las anécdotas van surgiendo con cariño, los recuerdos más entrañables salen de nuevo como recordar ese gran corazón que tenía la "tía Candelas" que todo el  mundo recuerda con su eterno luto, pequeña, pero con una gran energía, que se valía del bastón para bajar los cartones que no alcanzaba.

Entre esos recuerdos están la llegada de la luz a Galapagar ¡En 1926!
¡Imagináis llevar una casa de comidas sin luz eléctrica! y por supuesto sin agua.

Queremos hacer un homenaje especial a toda la familia Martín Escudero que han sabido generación tras generación crecer con un negocio, transformándolo, actualizándolo pero sin perder ese contacto directo con el cliente, con el vecino, formando parte de la vida social, cultural y comercial del municipio.

¡Muchas gracias y enhorabuena!